Una tarde en familia con Jordi, Alba & Carla

Es un secreto a voces que gran parte de los hombres prefieren desvincularse un poco de salir en las fotos. Lo cual es perfectamente comprensible, porque, no nos vamos a engañar, esto es más una cosa 'de chicas' (o por lo menos en gran parte) y no a todo el mundo le pueden gustar las mismas cosas. Jordi fue honesto conmigo y nada más empezar el reportaje me hizo saber que a él no le gustaba mucho salir en las fotos (vamos, que más bien tenía alergia a ello jajaja). Mi sorpresa fue cuando al final, contra todo pronóstico, acabó soltándose y por iniciativa propia, acabó poniéndose él mismo para algunas fotos con su hija Carla; lo cuál me hizo pensar que quizá algo había hecho bien.

Carla es un bombón, eso es innegable, y si encima le sumas que es el encanto personificado, que tiene una sonrisa con la que se te cae la baba y que es súper participativa, la sesión sólo puede fluir a la perfección. Pero, esperad, que todavía no os he hablado de la conexión que hay entre Alba y Carla... Es sencillamente increíble. Cada vez que se miran, se ríen, se abrazan o se miman, se detiene el tiempo. Y poder ser partícipe de momentos así, me parece brutal.

La complicidad es parte esencial en cualquier tipo de relación y más cuando surge a una edad temprana. Y cuando la ves patente en unos padres geniales y su hija de casi cuatro años, sólo puedes sonreír y tratar de captar cualquier momento que surja.